PRIMER SIMULACRO BECA 18 PRONABEC 2024 DESARROLLADO ADMISION UNIVERSIDAD PRUEBA SOLUCIONADA PDF

TEXTO
El hombre que no conoce más que su propia opinión, no conoce gran cosa. Tal vez sus razones sean buenas y puede que nadie sea capaz de refutarlas, pero si él es incapaz igualmente de refutar las del contrario, si incluso no las conoce, se puede decir que no tiene motivos para preferir una opinión a la otra. No basta que un hombre oiga los argumentos de sus adversarios de boca de sus propios maestros y acompañados de lo que ellos ofrecen como refutaciones: se les debe oír de boca de las mismas personas que creen en ellos y los defienden de buena fe. Es necesario conocerlos en todas sus más atrayentes y persuasivas formas, y sentir plenamente la dificultad que embaraza y entorpece el problema considerado. De otra manera nunca un hombre podrá conocer aquella porción de verdad que precisa para afrontar y vencer la dificultad presente. 
    El noventa y nueve por ciento de cuantos se consideran hombres instruidos, incluso aquellos que pueden discutir normalmente en favor de sus ideas, se encuentran en esta extraña situación. Su conclusión puede ser verdadera, pero puede también ser falsa sin que ellos lo adviertan. No se ponen jamás en la posición mental de los que piensan de otra manera, ni ponen en consideración lo que esas personas tienen que decir; en consecuencia, quienes así obran no conocen, en el verdadero sentido de la palabra, la doctrina que profesan. No conocen aquellas partes de la doctrina que explican y justifican el resto, ni las consideraciones que muestran que dos hechos, contradictorios en apariencia, son reconciliables, o que, de dos razones que parecen buenas, una debe ser preferida a otra. Además, solo la conocen realmente aquellos que han escuchado los dos razonamientos con imparcialidad y que han tratado de ver con la máxima claridad las razones de ambos. Esta disciplina es tan esencial a una justa comprensión de los problemas morales y humanos, que si no existieran adversarios para todas las verdades importantes, habría que inventarlos, y suministrarles lo más agudos argumentos, que el más hábil abogado del diablo pudiese imaginar. 
Stuart Mill, J. «Sobre la libertad de pensamiento y de discusión».
PREGUNTA 1 : 
Esencialmente, Stuart Mill se esfuerza en sostener que 
A) la confrontación con posturas contrarias a la propia es un imperativo cognoscitivo. 
B) el debate es crucial para la comprensión cabal de las ideas de corte humanístico. 
C) la falta de empatía hacia las opiniones opuestas resulta una actitud imperdonable. 
D) conocer exclusivamente la opinión propia es contraproducente en algunos casos. 
RESOLUCIÓN :
En el texto, Stuart Mill defiende la tesis de que para conocer con precisión un tema es imprescindible imbuirse en el debate con ideas contrarias a las propias: la confrontación de ideas es un imperativo para la consecución del conocimiento. 
Rpta. : "A"
PREGUNTA 2 : 
En el texto, el término DECIR connota 
A) enunciación. 
B) corroboración. 
C) dilucidación. 
D) argumentación. 
RESOLUCIÓN :
En el texto, la expresión «ni ponen en consideración lo que esas personas tienen que DECIR» alude a la presentación de argumentos contrarios a los nuestros. Por ello, puede afirmarse que DECIR connota «argumentación». 
Rpta. : "D"
PREGUNTA 3 : 
Según el texto, respecto a los hombres instruidos es válido afirmar que 
A) algunos desconocen ideas contrarias a las que defienden cotidianamente. 
B) no han conseguido problematizar ni su propia posición ni sus argumentos. 
C) un porcentaje de ellos es capaz de defender sus ideas frente a los demás. 
D) por lo general, son incapaces de asumir posiciones contrarias a las suyas. 
RESOLUCIÓN :
El texto señala que el «noventa y nueve por ciento» de los hombres instruidos es incapaz de colocarse en una posición contraria a la suya. Es decir, existe un porcentaje mínimo de ellos que sí puede realizar dicho desplazamiento. 
Rpta. : "B"
PREGUNTA 4 : 
Del texto se infiere que, para Stuart Mill, el auténtico conocimiento de una doctrina 
A) requiere un compromiso absoluto con los postulados científicos de la época. 
B) involucra el rechazo de las ideas contrarias que podrían generar convicción. 
C) solo está al alcance de los hombres instruidos en las verdades de la ciencia. 
D) debe pasar necesariamente por un proceso de duda y autocuestionamiento. 
RESOLUCIÓN :
Según el texto, el conocimiento de las ideas contrarias provoca que el individuo sienta «plenamente la dificultad que embaraza y entorpece el problema considerado». De ahí, se desprende que la vacilación y el cuestionamiento de la propia postura es esencial para conocer auténticamente una doctrina. 
Rpta. : "D"
PREGUNTA 5 : 
Si una sociedad determinada decidiera prescindir por completo del debate de ideas, entonces, en términos de Stuart Mill, dicha colectividad 
A) habría superado el dilema del conocimiento auténtico de los dogmas. 
B) renegaría de la posibilidad de educar hombres instruidos y correctos. 
C) habría renunciado a la comprensión cabal de los problemas morales. 
D) ignoraría por completo las definiciones probables de doctrina política. 
RESOLUCIÓN :
Según el texto, la contraposición de ideas es vital para «una justa comprensión de los problemas morales y humanos». Por ello, suprimir el debate, desde la óptica de Stuart Mill, supondría renunciar a una comprensión precisa de dichos problemas. 
Rpta. : "C"

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